Nuestra nariz, y en general la nariz de los mamíferos, es un indicador bastante poderoso para detectar el peligro. Los animales tienen maneras de medir los escenarios basados ​​en los olores y lo mismo ocurre con los seres humanos.

No importa donde estemos, solemos ponernos instantáneamente en código rojo en cuanto olfateamos algo ardiendo. No importa si es algo de comida, plástico, electrónica u otros objetos. Ahora, imagina añadir esa experiencia sensorial a otro tipo de amenaza: nuestra seguridad en Internet. ¿Qué pasaría si pudiéramos percibir al instante el peligro al oler algo ardiendo e inmediatamente saber que nuestra seguridad en Internet está en riesgo? 

La diseñadora holandesa Leanne Wijnsma recibió una subvención del Dutch Cultural Media Fund para investigar y desarrollar su proyecto, Smell of Data, en colaboración con el cineasta Froukie Tan. 

Wijnsma creó un dispensador de olor único que indica una violación de datos cuando se libera. Los usuarios conectan sus dispositivos, enlazados a Internet, al dispensador vía WiFi. El distribuidor reconocerá cuando el usuario visita un sitio web sin protección, una red Wi-Fi o hotspot no seguro y liberará una nube del olor de datos como una señal de advertencia.

Es importante aclarar que el dispositivo Smell of Data no protege de las brechas de datos, pero si se combina con medidas decentes de seguridad y podría indicar exactamente cuándo ocurren las violaciones de datos, ya que es capaz de emitir un aroma de ‘quema’, siendo un diseño para los sentidos que vincula la parte de lucha o vuelo de nuestro cerebro con un dominio que es muy nuevo, muy virtual.