Un reciente informe de EY revela que el 57% de consumidores prefiere ver, tocar y sentir los productos antes de realizar una compra. Esta tendencia destaca un deseo creciente por una experiencia de compra más tangible y personalizada, que contrasta con el auge de las compras en línea y las soluciones digitales.

Hallazgos Clave

Preferencia por la experiencia física: A pesar del crecimiento del comercio electrónico, una mayoría significativa de consumidores valora la capacidad de interactuar físicamente con los productos antes de decidir su compra. Esta preferencia subraya la importancia de los entornos de venta al por menor tradicionales y las experiencias de compra físicas.

Impacto en el comercio minorista: Las tiendas físicas deben adaptarse a esta demanda ofreciendo experiencias que permitan a personas consumidores evaluar los productos de manera sensorial. Esto podría incluir la implementación de áreas de prueba, demostraciones interactivas y la mejora de la presentación de productos.

Estrategias para minoristas: Para satisfacer esta demanda, minoristas podrían integrar tecnología que permita a las personas tener una experiencia mixta, como la realidad aumentada en tiendas físicas o quioscos interactivos que simulen la experiencia de tocar y sentir productos.

Impacto y consecuencias:

La preferencia por la experiencia física de los productos puede impulsar a minoristas a reevaluar sus estrategias de ventas y a buscar formas innovadoras de combinar lo mejor del comercio en línea y físico. Esto podría llevar a un mayor enfoque en la creación de experiencias de compra inmersivas y satisfactorias, reforzando la importancia de las tiendas físicas en el ecosistema de ventas.

El deseo del 57% de los consumidores de ver, tocar y sentir los productos antes de comprar refleja una tendencia hacia una experiencia de compra más tangible. Los minoristas deben adaptarse a esta preferencia para satisfacer las expectativas de las personas y mantenerse competitivos en un mercado en evolución.

Esta tendencia destaca la importancia de ofrecer experiencias de compra que permitan a consumidores tomar decisiones informadas y responsables sobre sus adquisiciones. Facilitar la evaluación física de los productos contribuye a prácticas de consumo más sostenibles y conscientes.