La crisis detrás del Fast Fashion
Muchos han sido los escándalos de explotación laboral y calentamiento global que se encuentran detrás de las marcas de fast fashion como Zara, H&M y Forever21. Sin embargo, parece que por fin, éstos escándalos han desatado en una crisis económica y una revolución social que puede desencadenar en grandes pérdidas de popularidad e ingresos anuales.
Por una parte, el escándalo de explotación laboral ha sido un gran tema desde hace varios años, convirtiéndose en una bomba de tiempo que explotó el año pasado, cuando el dueño de una fábrica en Estambul presuntamente robó los salarios de los trabajadores y luego cerró sin explicación, orillando a los trabajadores no remunerados a entrar en una tienda de Zara en Estambul para colocar etiquetas que decían: “Hice este artículo que vas a comprar, pero no me pagaron por ello”.
Y por otro lado, siempre se ha criticado el método manufacturero de estas empresas, la cuáles, recurren a sistemas tóxicos, poco regulados y repletos de contaminación que contribuyen al calentamiento global, haciendo que el aumento de las temperaturas mundiales tenga implicaciones potencialmente graves para su propio sector gracias a las grandes emisiones de dióxido de carbono que liberan con cada producción.
Sin embargo, el país más afectado es China, dada su posición como “la fábrica del mundo”, constituyendo actualmente el 12 por ciento de las exportaciones mundiales que seguramente tendrán efectos dominantes con precios más altos para los productos comprados por EE. UU. y otras naciones.
Más específicamente, estos dos factores le han causado a la industria de la moda una pérdida de $ 47 mil millones de dólares (en lo que va del 2017) por el costo de la producción, donde la mano de obra debe comenzar a pagarse de manera correcta, y el calentamiento global no permite que las condiciones sean óptimas para que los fabricantes chinos puedan entregar productos de excelente calidad, teniendo como resultado un aumento de precios que afectan el comercio de manera global.