Lo que nos hace humanos: la conexión
La necesidad humana básica de comunicación nos orilla a crear conexiones, a contar nuestra historia, de donde venimos, quiénes somos, y quiénes queremos ser. Nuestra curiosidad nos lleva a la investigación, la búsqueda; a hacer las preguntas para ver nuevos horizontes, conocer cómo funciona el mundo. Nuestros temores en cambio, nos distraen de nuestro objetivo con estas conexiones.
Nunca habíamos estado tan conectados, en México. En los últimos 10 años, la cantidad de internautas se ha incrementado más de la mitad, aproximadamente 67%, y alcanzando más de 75 millones de personas (IAB 2019), en promedio cada persona usa 3 redes sociales a diario. Sin embargo, nunca se había visto más cabezas agachadas, personas viendo en dirección al piso y tampoco a tantas personas enajenadas en pantallas portátiles.
¿Qué pasa cuando la conexión es tal que preferimos estar virtualmente en la vida de todos y desconectado de quienes están físicamente con nosotros? ¿Qué nos llama tanto la atención de la vida de los demás para transportarnos mental y literalmente a cualquier otro lugar?
Seguido, nos dicen que cada quien es responsable de su propia felicidad, y que ésta proviene de uno mismo, pero ¿por qué no nos han enseñado a escucharnos y cuidarnos a nosotros mismos?
Hace 8 años Dafne Okie empezó un trabajo espiritual como complemento a su práctica de yoga. Al verse abrumada por el estrés, el enojo y el cansancio de una rutina diaria, como cualquier persona, Dafne decide compartir sus conocimientos y práctica diaria para crear conexiones, la experiencia que los demás tienen cada mañana podría considerarse casi como un intercambio; un ejercicio de dar y recibir.
“Hacerlo Yoga para otros también me motiva, es un compromiso que te hace bien. Otra cosa que es importante para mí es recibir. Si yo estoy compartiendo mis prácticas yo también tengo que ir a recibir.”
Aunque suene raro, muchas personas confunden el merecimiento y las necesidades, y sí, la conexión es una necesidad. La filosofía de Dafne nos enseña las posibilidades que hay cuando incorporamos conexiones en la vida real, el poder que tiene el ver cara a cara a las personas y lo insustituible que son las conexiones humanas.
Para la campaña #FeelAlive, Mazda eligió a Dafne Okie y los valores que ella intenta transmitir todas las mañanas a su grupo; cómo aportar a la vida de los demás.