Tres años de Jules Basement
El bar speakeasy por excelencia cumple un año más, y con él, una nueva carta de coctelería se asoma entre la oscuridad de su barra.
A estas alturas, una de dos, o ya te has tomado un trago o has escuchado de este sótano por el cual se accede a través de la puerta de un refrigerador de una taquería en Polanquito.
Al bajar las escaleras, los ojos tardan un segundo en ajustarse a la luz para descubrir un lugar que, conservando el concepto old-fashioned de bar clandestino, se asemeja más a una mina con estalactitas de piedras preciosas asomándose en el techo; diseño a cargo de los arquitectos Emmanuel Picault y Ludwig Godefroy.
La decoración del lugar es algo futurista, lo primero que te llamará la atención son las mesas que funcionan de aparador para unos enormes cráneos que hace volar la imaginación sobra la coctelería que deben preparar con el Crystal Head Vodka.
Estamos frente a un lugar con un indiscutible manejo de los ingredientes en su mixología; las infusiones, jarabes, bitters, frutas, hierbas y licores encuentran un trato maestro en sus creaciones; no ofendas al bartender pidiendo un vodka con arándano o una paloma. Apuesta por alguno dentro de la lista de los Signature Cocktails. No tengas miedo en describir qué tipo de sabores prefieres y déjate sorprender.
Al tratarse de un espacio pequeño y con lista de reservación, muchas veces resulta perfecto para celebrar en corto un cumpleaños; aquí los brazos sudorosos y empujones no tienen lugar. Los martes a partir de las nueve dedican la noche a los amantes del jazz con música en vivo. Entre melodías que rayan distintas combinaciones del género, se puede degustar de finger food muy competente.
Jules Basement es en general una muy buena propuesta para comenzar la noche en un lugar chic, descubrir nuevos tragos y disfrutar la compañía.
Puedes hacer tu reservación a través de su página web, pero siéntete afortunado, no siempre fue así.