Breve guía para elegir tus fotos en Tinder. 

“Twenty years from now, the idea that someone looking for love won’t look for it online will be silly, akin to skipping the card catalog to instead wander the stacks because the right books are found only by accident.” –Rufus Griscom, Wired (Noviembre, 2002)

Esos 20 años a los que Rufus Griscom se refería en su artículo para Wired están a punto de cumplirse, y la idea de encontrar el amor en plataformas digitales ya no sorprende ni escandaliza; de hecho, se ha convertido en parte de la rutina de muchos millennials (y no tan millennials).

Mucho se ha hablado sobre Tinder, las aplicaciones móviles de citas y las historias que miles de personas han experimentado como usuarios activos u ocasionales de ellas. También, expertos han analizado las formas en las que los perfiles pueden conseguir mejores resultados y atraer más potenciales parejas pero, ¿qué tanto influye nuestra manera de vestir en el éxito a la hora de hacer “match”? La respuesta es clara: MUCHO.

Tinder y la mayoría de apps están basadas enteramente en el factor visual, siguiendo la lógica de los formatos que retratan la belleza, no sólo en el mundo editorial sino también en el del arte. Así que el dicho “de la vista nace el amor” cobra todo el sentido en dichos espacios. Y todos lo hemos vivido: ¿Cuántas veces no has deslizado hacia la izquierda para dar un rotundo NOPE porque no te gusta lo que ves? Podría parecer frío, pero lo mismo has hecho en un bar cuando se te acerca alguien que tampoco te gusta: tómalo o déjalo.

Si bien es vital mostrarte tal cual eres, no está de más decirle a quienes están detrás del celular que puedes ser versátil y adaptarte a distintos ambientes según la ocasión. Así que aquí está una breve guía para elegir las fotos correctas para tu perfil:

Define los hobbies y actividades que más disfrutes. Visitar museos, frecuentar los bares más trendy de la ciudad, descubrir nuevos restaurantes; lo que sea que te guste hacer, no sólo lo escribas en el perfil: enséñalo. Una foto en tu exposición favorita o en una noche de copas con amigos dirá –y definitivamente llamará la atención– mucho más que las palabras.

Evita las fotos en el gimnasio y las selfies (en especial si la compartes con una segunda persona más atractiva). Haces bien en cuidar tu cuerpo, pero la realidad es que las fotos en el gym sólo denotan vanidad y egocentrismo; al igual que las selfies. Si de plano hay una donde te gusta cómo te ves y te hace sentir seguro, súbela, pues no se trata de ocultarte; aunque seguramente tienes cosas más interesantes qué destacar además de esos músculos. Ahora, si lo único que buscas ahí son encuentros casuales con personas similares, no hagas mucho caso a este punto.

No parezcas retrato. Todos tenemos nuestro “mejor ángulo”, pero si sólo compartes fotos donde luces igual, ese match corre peligro. Incluso, puede que si lo consigues, la persona en cuestión se lleve una sorpresa y piense “no se ve como en las fotos”.

Sácale provecho al clóset. Por lo general, gran parte de las fotografías donde aparecemos fueron tomadas en fiestas o en nuestros baños, así que hay muchas probabilidades de que no haya variedad de outfits en tu perfil. Para equilibrarlo, pide a un amigo que te tome un par en distintas ocasiones o hazlo tú mismo: paseando al perro en el parque en shorts y camiseta, asistiendo a un coctel usando blazer y jeans, en una reunión casera y casual con tu playera favorita y pantalones cómodos, hasta en una fiesta formal como una boda; desquita el protocolo del smoking y zapatos relucientes.

Siempre, siempre sé tú mismo. A veces, las ganas de impresionar pueden llevarnos hacia caminos sin salida. Decir que te gusta cierto tipo de música o que vas a ciertos lugares sólo para conseguir “tener cosas en común”, puede resultar contraproducente. Mejor, di lo que realmente tienes en tu biblioteca musical, a dónde vas por lo regular y lo que de verdad te gusta hacer, así nadie se llevará sorpresas y podrás conocer a personas 100% compatibles contigo y tu estilo de vida.

Ahora sí, ¡buenos matches!