Cine vs. Cambio climático
Do the Green Thing se define como un servicio público para el planeta que utiliza la creatividad para contrarrestar el cambio climático.
Desde 2008 trabaja como una comunidad global en la que esta creatividad se ha traducido a filmes, posters, espectaculares y recomendaciones cotidianas que impactan a más de 40 millones de personas alrededor del mundo. En su primera publicación, “How screenwriters are ruining the planet” se exponen temas que le harán sentido a la mayoría. En los primeros minutos de la película Jurassic World se puede ver a los protagonistas viajar a través de un auto, un avión, un bote, un monorriel y escaleras eléctricas antes de llegar al equivalente mesozoico de Disneyland. Habitaciones VIP con pantallas ya encendidas, la introducción de personajes secundarios, incluyendo uno de los ocho hombres más ricos del mundo con acciones en telecomunicaciones, petróleo y el adiestramiento de criaturas extintas para combate (esto antes de la glorificación de marcas como Mercedes Benz, Triumph, Samsung y Coca-Cola.
El análisis de este tipo de películas va de la mano con las clasificaciones para toda la familia, que hacen de películas millennial-friendly post apocalípticas algo cotidiano e irremediable mientras que al realidad fuera de la pantalla es más acercada a la ficción.
A través de diferentes piezas creativas (incluyendo un corto) interceden escenas, momentos o guiones de manera creativa para ver las oportunidades que se han dejado pasar de enverdecer un poco Hollywood; si bien la responsabilidad social de los estudios y agencias tiene en su agenda muchos más temas como la igualdad de género y el racismo, estos cambios también demandan un cambio de pensamiento y mentes más abiertas.
También se adelanta a comparar la propaganda cinematográfica de Hollywood en pro de los países aliados durante la Segunda Guerra Mundial con la junta del Secretario de Estado John Kerry con los estudios para discutir formas de combatir en la pantalla la narrativa del Estado Islámico; y mientras se aleja de este tipo de propaganda, analizan el verdadero poder del cine para cambiar hábitos reales; y sobre todo mentes.
Rather than insisting that Captain Planet joins the Marvel multiverse, or hoping that Avatar 2 will save mankind from itself, consider this:
An intimidating fashion editor whose personal style revolves around a capsule wardrobe of just eight pieces of secondhand clothing.
A Sandra Bullock vehicle that faithfully follows all the stations of the rom-com cross, but a cheery airline ticket agent upsells some carbon offsets before the inevitable tearful reunion scene.
Your standard cinematic sweep of Times Square, only this time with a few billboards illuminated with environmental messages or perhaps shilling more eco-friendly products.
Ben Whishaw’s prudent Q develops an electric car worthy of our post-modern Bond.
Y es fácil concordar con ellos. No necesitamos filmes moralinos sino historias llenas de personajes complejos, drama, sexo y violencia que combine con la vida real; donde a muchos de nosotros también les importa un poco el planeta.
Su segunda publicación se espera sea aún más analítica, los co fundadores Naresh Ramchandani y Andy Hobsbawm han decidido escarbar aún más profundo en los problemas climáticos que afectan la sociedad moderna; algo más enfocado a formatos largos y mobile-friendly.