Cómo afecta Instagram tu salud mental sin que te des cuenta
Texto por R. Alexei
Fotografía por Steve Skafte
¿Te sientes mal emocionalmente? Tal vez deberías considerar cerrar tus redes sociales durante algún tiempo, te impresionaría lo mucho que podrías mejorar
A todos nos pasa. Despiertas, y antes de comenzar tu rutina, tomas tu celular y abres “casualmente” Instagram, y ahí, abajo de una imagen de colores cálidos y una personalidad tan agradable como sonriente (al menos en aspecto), aparece un mensaje de la más rancia y obsoleta superación personal. Es aquí donde el tono alegre de los pies de fotos en Instagram de vez en cuando choca con mi día a día, ¿te ha pasado?
Con frecuencia ves las historias y fotos de aquella personalidad que sigues, paseando por la playa, comiendo en lugares agradables, luciendo un abdomen envidiable, incluso en compañía de quien tú quisieras verte acompañado, y dándote consejos con la inusitada seguridad de que, si te lo propones, con garantía habrás de conseguirlo, cual libro de Paulo Coehlo, misticismo incluido.
¿Será que ese influencer que ves a diario, y que viaja más qué tú, viste mejor, tiene un mejor cuerpo, también disfruta de mayor tiempo de calidad que tú?
Foto: Lukasz Wierzbowsky
No hay rastro de una jornada laboral, tampoco de preocupaciones a las que uno enfrenta todos los días; ni siquiera de problemas familiares. Todo está en perfecto orden para presentarte la felicidad en forma de pixeles a través de una linda fotografía digital y, por supuesto, acompañada de un mensaje motivacional de esos que encuentras en libros que catapultan a la fama a quienes supuestamente encontraron la forma de ordenar sus vidas.
También pone de manifiesto las diferencias socioeconómicas y el estrato de ingreso en que nos encontramos: ¿cómo es posible que yo, con un trabajo serio y en cumplimiento de las constantes obligaciones no pueda darme con tanta frecuencia los gustos de la vida que se me presenta ahí mismo todas las mañanas?
Instagram y Snapchat son consideradas las redes más “tóxicas”
Fotografía de la serie “The Truth Behind Instagram” vía deMilked.
En 2017 un estudio realizado con jóvenes en Reino Unido por la Royal Society for Public Health y el Young Health Movement llamado #StatusOfMind, determinó que estas personalidades de las redes sociales a las cuales seguimos casi instintivamente están deteriorando nuestra salud mental. Resulta que, de todas las plataformas de redes sociales, tanto Instagram como Snapchat figuran como las más perjudiciales. Este estudio está siendo replicado en 2019 con un rango mayor de edad y resultados bastante similares.
¿Por qué?
La razón podría ser tan simple como que en redes se nos presenta un mundo de vanidad y felicidad a la que, como seguramente habrás notado, es muy difícil llegar en la práctica cotidiana. Para muchas personas, la disparidad entre lo que presentan en redes sociales y la realidad de su persona, es tan profunda, que terminan enfocándose en la imagen que dan en el mundo virtual, y es entonces que la colman de perfección.
El estudio señala que, aunque 1 de cada 6 jóvenes experimentará un trastorno de ansiedad en algún momento de sus vidas, la exposición al contenido de redes sociales es suficiente para causarle sentimientos de ansiedad o depresión a 4 de cada 5. También descubrió que, aunque la mayoría lo puede sentir, otro tanto lo niega rotundamente.
El motivo va generalmente ligado a la sensación de la percepción ajena en relación con los ideales a los cuales estamos expuestos en redes. Por simple conducta humana, a diario nos comparamos contra las versiones de lo que podemos apreciar en los demás. Vemos como un despropósito el que alguien pueda disfrutar continuamente de su vida mientras nosotros no lo hacemos.
Entre los principales problemas asociados al estrés por la continua exposición a las redes se encuentran: ansiedad, depresión, soledad, falta de sueño, disminución de autoestima, distorsión de la percepción corporal, falta de establecimiento de relaciones sociales en el mundo real.
Estrategias para combatir los efectos negativos
Collage: Ben Giles
Hace poco Instagram dio a conocer a modo de propuesta contra la creciente tasa de depresión inducida por las redes sociales, la iniciativa para no mostrar los likes en las publicaciones. Otra propuesta interesante es la de hacerle saber al usuario que la fotografía que está observando pasó por un proceso de edición o también la de indicarle cuando ha pasado demasiado tiempo en plataformas sociales. Una última que podría ser controversial: detectar patrones de riesgo en el comportamiento de los usuarios y mostrarle información de apoyo en publicaciones a modo de publicidad.
Sea cual sea la acción que las redes vayan a tomar, vale la pena recordarnos a diario el juego de pretensión que significan muchas veces las redes sociales. Recuerda: no estás en una competencia, nadie está evaluando tu capacidad para generar riqueza o para disfrutar de la vida; ¡tu valor no se mide en función de ello! No perdamos el piso y si es necesario, alejémonos de lo que nos puede afectar.
Si quieres consultar más sobre el tema, consulta:
https://www.rsph.org.uk/our-work/campaigns/status-of-mind.html
https://www.rsph.org.uk/about-us/news/instagram-ranked-worst-for-young-people-s-mental-health.html