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Las ideas en bruto venden más que las pulidas

Si le muestras a un cliente un diseño informático muy pulido, probablemente lo rechazará. Hay demasiado que preocupar o no hay suficiente para preocuparse. Ambos casos son igualmente malos. Es un hecho consumado. No hay nada que él pueda hacer. No es su trabajo, es tu trabajo. No se siente involucrado. Si no le gusta la cara de la mujer en tu render, o el estilo de los pantalones que lleva el hombre a la derecha, o tu elección del coche que conduce, lo rechazará. No verá la gran idea. Mirará la cara de la mujer y pensará, “No me gusta ella, esto no se siente bien”.

Es muy difícil para el cliente imaginar algo diferente si lo que le muestras tiene tanto detalle.

Muestra al cliente un garabato. Explícalo, háblale sobre ello, deja que use su imaginación. Hazlo involucrarse. Como no has mostrado el modo exacto en que será, hay margen para interpretarlo, desarrollarlo y cambiarlo a medida que avanzas. Trabaja con él en lugar de confrontarlo con tu idea.


Paul Arden fue un influyente director creativo y autor británico conocido por su trabajo en la industria de la publicidad. Trabajó durante muchos años en la agencia de publicidad Saatchi & Saatchi, donde ayudó a definir algunas de las campañas publicitarias más icónicas del Reino Unido. También es autor de libros motivacionales y de creatividad, como “It’s Not How Good You Are, It’s How Good You Want to Be” y “Whatever You Think, Think the Opposite,” que han inspirado a creativos y profesionales en todo el mundo. Su enfoque hacia la creatividad y la innovación en la publicidad a menudo implicaba desafiar el status quo y fomentar un pensamiento poco convencional. A través de sus escritos y su trabajo en publicidad, Arden promovía la idea de romper con las normas establecidas y de buscar siempre nuevas perspectivas.