A través de una práctica artística visual, textual y performativa, Jill Magid forja relaciones íntimas dentro de las estructuras burocráticas trastornando a la autoridad. A través de sus obras, la artista replantea la complejidad, la intimidad potencial y lo absurdo de nuestra relación con las instituciones y el poder.

Sus proyectos investigan sistemas aparentemente impenetrables, como la policía de Nueva York, el Servicio Secreto Holandés, sistemas de vigilancia, y más recientemente, el legado del arquitecto Luis Barragán.

Una carta siempre llega a su destino es una exposición que se enfoca en las obras que giran en torno a Los Archivos Barragán, un proyecto a largo plazo en el que Magid examina el legado del arquitecto mexicano Luis Barragán (1902-1988) y plantea preguntas incisivas y radicales acerca de las formas de poder, el acceso del público y los derechos de autor que construyen un legado artístico.

Los Archivos Barragán reunifica los archivos personal y profesional de Barragán y explora al Barragán oficial y al privado, el interés específico de los múltiples individuos, entidades gubernamentales y corporativas que se han convertido en guardianes históricos de los archivos.

La obra de Magid plantea preguntas esenciales sobre las consecuencias e implicaciones de que un legado cultural se convierta en  propiedad privada corporativa y sobre las ramificaciones de su mercantilización en términos de afecto erótico o nacionalista en el contexto de la gestión de la cultura periférica en el capitalismo actual.

Uno de los capítulos de la obra de Magid sobre Barragán, La propuesta (2016) ha provocado un amplio debate en México, y Guadalajara, que ha llegado a tener eco en los medios. En esa fase de la intervención, Magid y familiares de Barragán acordaron tomar una fracción de las cenizas del arquitecto colocadas en la Rotonda de hombres ilustres de Guadalajara para hacer un diamante artificial que, engastado en un anillo, sirviera como medio de negociación con Federica Zanco, directora de la Fundación Barragan en Suiza, a fin de repatriar los archivos de Barragán a México.

En paralelo a la exposición se llevarán a cabo diálogos de discusión en torno a derechos de autor, propiedad intelectual, vacíos legales, la mercantilización de los archivos y la cultura patrimonial, entre otros.

Los Archivos Barragán se exhibe en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).