Nacida de las frustraciones de los creadores, esta botella plana fue diseñada por Jesse Leeworthy & Jonathan Byrt, quienes se dieron cuenta de que la sociedad en Australia estaba creciendo de manera notable en la costa al sur de Melbourne Australia, dejando desperdicios de botellas de plástico que habían sido arrastradas por la marea a las playas más cercanas.

Fue así que surgió la idea de este par por crear una opción mucho más amigable con el medio ambiente y llevarla un poco más allá. Al principio, esta dupla creativa no se podía explicar cómo es que un país con servicio de agua tan eficiente siguiera consumiendo agua embotellada. Sin embargo, llegaron a la conclusión de que este gran desperdicio estaba afectando gravemente el planeta. Además, también habían experimentado cierta frustración con las botellas redondas, sobre todo cuando se trataba de de hacerlas entrar en mochilas y bolsas para laptop.

El plan fue relativamente sencillo, darle vuelta a la ecuación, diseñando un producto optimizado para ser transportado mientras mantenía una funcionalidad y escapaba del diseño tradicional del agua embotellada.

Con inspiración de un pedazo de hoja, Memobottle se convirtió en un accesorio que cabe donde el resto de las botellas incómoda, sin mencionar que es muy amigable con el planeta gracias a que es reutilizable e ideal para cambiar la mentalidad de los consumidores mientras aporta un equlibrio entre practicidad y un respiro al medio ambiente.

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