Trick or Treat: Cinco clásicos ocultos del cine de terror
Del ‘slasher’ italiano al ‘teen horror thriller’, desenterramos cinco obras de culto.
Las películas de terror nos sitúan bajo estados sensoriales extremos y escalofriantes. Nos convertimos en el cazador de vampiros; en la final girl que huye aterrorizada mientras el asesino de la sierra la persigue en la profundidad de un bosque siniestro, y en el grupo de amigos en la misión de exterminar una grotesca plaga de gremlins en la víspera de Navidad. Son ficciones que causan angustia y fascinación.
Entre los referentes que han dejado un legado invaluable sobre el género del terror encontramos al maestro John Carpenter y su sangriento filme “Halloween” y el trabajo en pantalla de la trilogía italiana del giallo: Mario Bava, Dario Argento y Lucio Fulci. Slashers como “A Nightmare on Elm Street” (1986) del maestro Wes Craven, “Friday The 13th” de Sean S. Cunningham (1980) y “The Return Of The Living Dead” (Dan O’Bannon, 1985).
Filmes que han servido de influencia y estandarte para muchas generaciones de creadores y fanáticos de criaturas demoníacas, eventos paranormales y asesinos seriales, nacidos de las leyendas locales, el ocultismo y el cliché.
A continuación revisamos cinco cintas de terror catalogadas como de culto; algunas por su relevancia ante la crítica; otras, por sus méritos técnicos y narrativos, a pesar de su bajo presupuesto. Documentos visuales que han logrado formar una elaborada subcultura de seguidores e inmortalizado su estética en todo tipo de expresiones artísticas.
“The Lost Boys” (Joel Schumacher, 1987)
El pueblo ficticio de Santa Carla es el territorio de criaturas salvajes. De rostros hermosos, marcados por el sello de la vida eterna. Vampiros que propagan el terror en la playa. Los ‘chicos perdidos’ -una pandilla de jóvenes furiosos vestidos de cuero, sedientos de sangre y comandados por el inmortal más chic de todos: David (Kiefer Sutherland).-
“The Lost Boys” del director Joel Schumacher (“St. Elmo’s Fire”, 1985) sigue la historia de dos hermanos, Michael (Jason Patric) y Sam Emerson (Corey Haim). Ambos, recién llegados a la comunidad situada, en la vida real, en la localidad de Santa Cruz, California, y protagonistas de una aventura fantástica, inspirada por el espíritu del filme “The Goonies” (Richard Donner, 1985) y los cuentos de J.M. Barrie sobre Peter Pan y Neverland.
El inesperado encuentro con la vampiresa Star (Jami Gertz) -en la escena clásica del concierto nocturno del sexy sax man (Timmy Capello) en el Boardwalk– conduce a la iniciación vampírica de Michael; su encuentro con la muerte y una lucha constante por encontrarse así mismo en un mundo infestado por excesos, moda y desenfreno. En tanto, el hermano menor Sam emprende su entrenamiento como cazador de vampiros junto a los hermanos Edgar (Corey Feldman) y Alan Frog (Jason Newlander) -dispuestos a combatir con estacas y ajos, bajo el mismo entrenamiento de los héroes de acción de la época Chuck Norris y Sylvester Stallone.-
El macabro arquetipo del vampiro, inscrito por ”Drácula” de Bram Stoker y películas de los años ochenta como “The Hunger” y “Fright Night” fue moldeado bajo una nueva perspectiva, con personajes adolescentes inmersos en la cultura pop y en la estética de los videos de MTV -con música de Thomas Newman (autor del score original), INXS, Roger Daltrey, Echo & the Bunnymen, Lou Gramm de Foreigner y Run DMC, junto a Aerosmith.- “The Lost Boys” trazó el camino para clásicos modernos de la televisión y el cine como “Buffy, the Vampire Slayer” y propició el ascenso masivo de ídolos adolescentes del cine como Corey Haim y Corey Feldman.
“Videodrome” (David Cronenberg, 1983)
Dentro de una oficina clandestina del canal 83, CIVIC-TV, el CEO de la compañía, Max Renn (James Woods) observa una extraña señal televisiva que transmite imágenes brutales de tortura y asesinato. Una oportunidad única para incrementar el rating y capturar nuevas audiencias a medida que la revolución de la videocasetera da sus primeros pasos.
Tras haber visto la transmisión pirata, conocida como Videodrome, Max Renn es expuesto a una serie de efectos secundarios, como alucinaciones violentas, relaciones sadomasoquistas virtuales con la ultra sexy radio host Nicki Brand (Debbie Harry) y la pérdida del contacto con la realidad; pues, el Videodrome es utilizado para alterar la percepción humana y causar daño cerebral. El arma principal en una guerra librada por dos frentes liderados por el profesor Brian O’Blivion (Jack Creley) -quien sólo existe como una gran biblioteca de videocasetes- y el empresario de la industria óptica y armamentista Barry Convex.
Max comienza a experimentar una transición física, en la que puede ser programado por medio de videocasetes Betamax insertados en su torso. La mutación de la carne y su hibridación con la máquina. La creación del animal tecnológico, ideado por O’Blivión para un futuro controlado por la televisión.
Con fundamento en el sub-género del body horror, “Videodrome” del director canadiense David Cronenberg aborda de manera visionaria conceptos sobre el transhumanismo, el cine snuff y el escenario apocalíptico, propio de una sociedad fusionada con los dispositivos electrónicos. La nueva carne.
“Suspiria” (Dario Argento, 1977)
El cuento de hadas más oscuro es el de la bailarina neoyorquina Suzy Bannion (Jessica Harper); quién logra su transferencia a la academia de élite Tanz, ubicada en Friburgo, Alemania -réplica del emblemático edificio Haus zum Walfisch.- Con su llegada, durante una noche de tormenta, los sangrientos asesinatos de dos alumnas descubren la energía demoníaca de un lugar que esconde a personajes espeluznantes.
La película funde elementos del giallo con la estética del gore; toma inspiración del poema en prosa de Thomas de Quincey “Levana y Nuestras Señoras del Dolor”; así como del filme animado de Disney “Snow White”. Dario Argento conduce de principio a fin una violenta y hermosa pieza de arte visual, heredera del expresionismo alemán, saturada por detalles art nouveau y los experimentos fotográficos Technicolor de Luciano Tovoli, que ofrecen una experiencia irreal y sinestésica. El contexto seductor y elegante para muertes dramáticas, magia y aquelarres.
Con ayuda de su compañera Sara (Stefania Casini), Suzi comienza a descubrir las piezas que resolverán el secreto que guardan la subdirectora Madame Blanc (Joan Bennett) y la misteriosa figura madre de instituto. La reina negra: Helena Markos -basada en la escritora ocultista Helena Blavatsky.-
La historia sobre brujería representada por el director italiano es provocativa y estruendosa. Psicodélica por su imaginería artificial y barroca; su colorido y la experimentación analógica de su score compuesto por Goblin -el ensamble de rock progresivo fundado por Claudio Simonetti.- En conjunto, un caprichoso y modernista slasher de horror -primera entrega de la trilogía “The Three Mothers”- que repercutió en el trabajo de cineastas como Brian de Palma, Olivier Assayas y el director de “The Neon Demon” Nicolas Winding Refn; así como en las composiciones musicales de Mogwai, S U R V I V E y John Carpenter.
“The Fog” (John Carpenter, 1980)
La leyenda sobre la destrucción y el saqueo de un antiguo barco bautizado como Elizabeth Dane, es un relato aterrador sobre una conspiración cruel de los fundadores del pueblo costero Antonio Bay, California, a una pequeña tripulación de marineros náufragos en 1880. Con la fatalidad llegaría la niebla, una serie de eventos paranormales y la maldición que cobraría seis vidas, cien años después.
La heroína y DJ de la estación de radio local KAB -localizada en el interior de un faro-, Stevie Wayne (Adrienne Barbeau) es testigo de la inevitable llegada de un espeso y resplandeciente banco de niebla, al filo de la medianoche. Con la niebla, vienen los fantasmas del pirata Blake (Rob Bottin) y de aquellos malditos de apariencia descompuesta y olor a sal. Con terror, observa cómo se adentra a la pequeña ciudad, con la intención de rescatar el tesoro perdido de la embarcación y de terminar con pescadores, meteorólogos y sacerdotes, por igual.
Este chiller de bajo presupuesto -sucesor del exitoso filme “Halloween” de 1978- destaca como la producción más atmosférica e infravalorada de John Carpenter; pues, el tétrico score influenciado por la escuela italiana de Goblin y técnica cinematográfica, filmada en formato Anamorphic 2.35:1, contribuyó para su consolidación como autor de culto; pionero en la creación de composiciones sonoras para el género de horror y como referente indispensable en la historia de la música electrónica.
“It Follows” (David Robert Mitchell, 2014)
En el mundo de lo sueños, todo carece de lógica. Cuando se convierten en pesadillas, es fácil caer como una víctima de escenarios escalofriantes y monstruos sin rostro; de persecuciones como la de Jay Height (Maika Monroe). La adolescente acosada por una entidad que busca asesinarla -a causa de una misteriosa enfermedad paranormal que sólo puede ser revertida temporalmente si se pasa de persona a persona por vía sexual.- Sin embargo, este mal regresará a ella si la persona a quién se lo pasó es alcanzada por este shapeshifter malévolo, silente y de paso lento.
David Robert Mitchell utiliza los temores juveniles para crear una fantasía minimalista que combina la estética del arthouse europeo con los rasgos clásicos del género del terror (propios de la cinematografía de John Carpenter y George Romero). Sitúa a sus personajes adolescentes en la soledad de los suburbios de Detroit, Michigan, bajo una narrativa casi carente de figuras adultas, para intensificar conceptos como la ansiedad y la desesperación.
Las atmósferas de ensueño que retratan la belleza e ingenuidad de Jay -reminiscencia de las chicas del cine de Alfred Hitchcock– junto al score original del productor y músico Rich Vreeland (Disasterpeace) y agudas referencias literarias a T. S. Eliot y “The Idiot” de Fyodor Dostoyevsky, son el portal hacia lo inesperado y lo inevitable. Persisten la tensión y el sentimiento de peligro, ante lo que no se puede ver, pero se sabe que existe. La combinación ideal para el que es considerado como uno de los mejores thrillers psicológicos de los últimos años.
Paul (Keir Gilchrist) y Greg Hannigan (Daniel Zovatto) acompañan a la protagonista en su tormentosa fuga a través del sexo, como último intento para escapar de la muerte pero también como única alternativa para vivir un poco más. “It Follows” es un terrorífico slow burner cinematográfico, de tono atemporal, onírico e interpretativo, sobre la conectividad virtual y física entre personas que no se conocen.
Texto colaboración de Miguel Ángel Correa.