Un programa piloto utilizará metano de la fermentación de las frutas para crear energía limpia para la planta de agua de la ciudad

El plan comienza con la producción de un tipo de jugo completamente diferente de las naranjas desechadas: electricidad.

Hoy, las calles de la ciudad albergan unos 50,000 naranjos y la previsión de la campaña de recogida de naranjas este año es de 5,7 millones de kilos, tras un aumento del rendimiento del 37,5% con respecto a la campaña pasada (2019-2020). Se calculó que para lograr reciclar todas las naranjas la ciudad necesitaría invertir unos 250.000 euros.

Las naranjas se ven bien cuando están en los árboles, pero una vez que caen y son aplastadas bajo las ruedas de los autos, la acera se vuelve pegajosa con jugo y moscas. El ayuntamiento emplea a unas 200 personas para recolectar la fruta.

“Este proyecto nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos de reducción de emisiones, autosuficiencia energética y economía circular”, dijo Juan Espadas Cejas, alcalde de Sevilla, en rueda de prensa.

“No se trata solo de ahorrar dinero. Las naranjas son un problema para la ciudad y estamos generando valor añadido a partir de los residuos ”

 

Aprovechamiento de la naranja amarga tras su recolección

Emasesa tiene en marcha un proyecto piloto para la generación de energía limpia gracias al zumo de las naranjas amargas procedentes de las calles de la ciudad.

Ayuntamiento de Sevilla

Las ciudades y las áreas metropolitanas contribuyen aproximadamente al 60% del PIB mundial, sin embargo, también representan alrededor del 70% de las emisiones de carbono mundiales y más del 60% del uso de recursos. La rápida urbanización tiene el reto de lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, con infraestructuras y servicios inadecuados para todas las personas que habitan. Conoce más.