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El mejor álbum en lo que va del año

Jamie Smith consiguió lo más difícil para un miembro que por temporadas se desprende de una de las bandas “londinenses” más aclamadas de los últimos años: identidad.

Desde 2011, con las remezclas hechas a Gil Scott, cada beat de Jamie muestra su propia personalidad; tanto así que las primeras armonías en su álbum debut son tan enérgicas que dejan muy en claro que poco tienen de The xx.

La baraja de líneas musicales – minimal, tropical, R&B, dubstep – enriquece la totalidad del material y hace que valga la pena apreciar cada componente de forma individual.

El valor que porta In Colour de principio a fin lo hace un eficaz antídoto contra la inmediatez frenando, aunque sea un poco, la necesidad de consumir, desechar, olvidar y comenzar nuevamente el ciclo.

Desde el punto de vista mercadológico, el álbum parecía no traer mucho por la extraña forma en que fue promocionado –algo parecido a lo que pasa con algunos videojuegos-.

¿Lanzar una canción huérfana a principios de 2014 en el programa de James Blake en la BBC para después no saber más de su música hasta casi 12 meses después? Esta cirscunstancia, controlada o no, confirma una vez más que la exposición “bestial” y la intrusividad no son tan efectivas comparadas con una indiscutible  calidad y relevancia en cualquier contenido musical.

Desde su concepción, este material contó con todos los factores necesarios para posicionarse –casi naturalmente-  en blogs, sitios webs musicales y no musicales y lo más importante, en la cabeza de todo aquel que le diera play.

In Colour es de las pocas piezas artísticas de los últimos años que ha conseguido acercarse a la utopía de todo “marketero”: word of mouth o recomendación de boca en boca.

Texto colaboración de Salvador Reyes Velázquez.