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5 cosas que le cagan a tu pareja y no lo sabías

Texto por Fernando

Fotografía por Vivien Moon 

Mantener una relación puede llegar a ser todo un reto sin importar si es reciente o llevas muchos años en ella, existen algunas costumbres a las que te adaptas y otras donde vale la pena sugerir alternativas.

Todo este tema surgió después de una plática que tuve con Luisa, la novia de Juan, uno de mis mejores amigos. A ella le caga que le abran la puerta, cuando Juan olvidó y lo hizo comenzó una larga conversación de regreso del cine sobre lo que hacemos los hombres, y que a nuestras novias o parejas, les caga. 

A mí me enseñaron a ser atento y amable con todas las personas que conozca, y personalmente creo que las atenciones que tengo no varían mucho si son para mis amigos o amigas, pero con tu novia es otro pedo, depende de cada quien. A veces es muy difícil saber si estoy siendo demasiado “caballeroso” que ofende; como hombre, a veces siento que hablar de todos estos temas alrededor del feminismo es como caminar en un campo minado. 

El pedo es ese, con toda la conversación sobre la igualdad y el feminismo, algunos hombres usan esto como un pretexto para dejar de ser cortés, o para balancear sus acciones cuando son “patanes” “pero te pagan la cuenta” o te abren la puerta. Para Luisa, la palabra “caballerosidad” le parece una pendejada, ¿por qué hacer de ese tipo de comportamiento cortés algo exclusivo de los caballeros?

Yo pienso que quien llegue primero a la puerta debería abrirla, y en lugar de preguntarte si deberías ser tú quien lo haga, sólo abrir la maldita puerta y ya. Para fines prácticos, siempre es mejor hablar de estas dinámicas, sobre todo si se ha convertido en un problema, por ejemplo la dinámica de quién paga y todo lo relacionado con dinero siempre puede acabar mal. 

De la larga lista de «caballerosidades» que muchas mujeres pueden considerar  innecesarios o incluso micromachismos, Luisa se dejó ir con las siguiente 5. Vale la pena decir que si cualquiera de estas situaciones nos hacen sentir incómodo, podemos comunicarlo, debemos ser lo suficiente maduros para tener en cuenta nuestro sentir y el de la otra persona.

1.-Abrir la puerta del coche a la de “ahuevo”

Es un tema que definitivamente se tiene que poner sobre la mesa. Tal vez en la época de nuestros abuelos, demostraba genuino interés en hacer sentir cómoda a la persona a la que estaban invitando a salir, recalcando que «era un gran partido». Sin embargo, ahora se ha convertido en una costumbre que no demuestra nada, sobre todo porque es una costumbre aprendida. Seamos realista, en una cita, podría incluso dar un mensaje erróneo sobre otras dinámicas y costumbres de la lista.

Foto: Jinkool vía Flickr

2.-Pagar la cuenta (a la de ahuevo también)

Aquí aún hay muchas opiniones divididas. Algunas personas les gusta demostrar sus “capacidades”, a otras les agrada el detalle, pero otras pueden sentir como un ataque directo, desde “ponerle precio” al tiempo dedicado, o poner en duda la independencia económica de la otra persona. Eviten ese momento incómodo del “yo pago”, “cómo crees”, “en serio”, “ya, en serio”, “¿por qué?”.

También existen muchos hombres que se sienten cómodos con esa decisión y entran en una zona de confort en la que se acostumbran a no pagar absolutamente nada para probar un punto, o a irse a mitades en absolutamente todo; cuando se ganan salarios desiguales esto puede acarrear GRANDES problemas si no se ponen de acuerdo. Una buena práctica es que quien haya propuesto el plan, sea quien invite la comida o cena, así ambos podrán demostrar lo mucho que les interesa el otro.

Foto: Justin Vogel / Flickr

3.-Regalar flores cada que la cagan

No estamos diciendo que esté mal regalar flores, desde tiempos inmemorables, regalar rosas ha sido un método de conquista o de arrepentimiento, pero se ha vuelto algo cliché que ya no demuestra un interés genuino. Especialmente si las únicas veces que lo haces es cuando has cometido un error; siempre se acordará de eso. Mejor haz algo diferente, hay muchas formas de decirle a tu pareja lo mucho que te importa con otro tipo de detalles. 

Foto: Frank Huet / Flickr

4.-Cambiar de lado de la calle a la mujer cuando caminan

¿Lo haces automático? ¿Siquiera conoces el fondo de por qué se acostumbraba hacer eso? Bueno, pues al parecer muchas mujeres tampoco, y llegan a sus propias conclusiones sobre esto (me pasó). 

Si tienes una fijación con esto o crees que está escrito en tu ADN y no puedes cambiarlo, al menos podrías explicárselo a tu pareja para que no se saque de pedo cuando eso suceda. Es lindo que te importen esos detalles, pero al menos dile qué es lo que te motiva a hacerlo -por ejemplo si es por seguridad- y no la empujes mientras caminan de la nada. Es como cuando identificas a alguien raro caminando detrás tuyo, es mejor avisar…

Foto: Kerry Ball / Flickr

5.-Cargar siempre las bolsas del super o cualquier cosa remotamente pesada

Esto es exclusivo para personas que recién se mudaron o que ya llevan un rato viviendo juntos, y es todo un tema. No sé a quién le quieren demostrar que son “ese hombre que todo lo puede cargar”, pero sabemos que es muy cansado a la larga y muchas veces insostenible. El balance está en no cargarle peso de más a tu pareja, y dependiendo de la complexión y fuerza física se reparta el peso. En lugar de hacer esto una obligación, pueden hacerlo como un detalle o atención; intercalable incluso. 

El verdadero reto está en ignorar esa vergüenza infundada que sentimos en la mirada de extraños cuando ven a una mujer cargando algo (cualquier cosa), mientras su acompañante va pajareando por la calle. 

En fin, Luisa y Juan tienen varias dinámicas en su relación que poco a poco han ido adaptando con los años que llevan juntos. Una de ellas es el pago equitativo de la renta, no se van a mitades. Uno de ellos gana un poco más, y su aportación al pago cada mes es proporcional. Nunca se me hubiera ocurrido.