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Entendiendo el burnout – ¿Por qué estamos cansados todo el tiempo?

La idea de tener un trabajo tan agradable que pueda ser intercambiable con el ocio es un sueño que deberíamos comenzar a bajar a la tierra.   

Durante las últimas décadas, se ha alentado a ver el trabajo y la vida como elementos equivalentes, incluso intercambiables, y el que “echarle cada vez más ganas” es la única forma para salir adelante.  

Los pasatiempos se convirtieron en algo para monetizar, el bienestar se convirtió en un deber para su lugar de trabajo y, lo más importante, si amas tu trabajo, se deduce que tus colegas son tus íntimos, tu familia.

Sin embargo, cuando hacemos el recuento de los daños, un solo año de largas horas de trabajo extra, de sueño interrumpido y de estrés constante pueden tener un costo biológico de hasta 6 años de envejecimiento, e incluso modifica tu cuerpo a nivel genético.

Es hasta 2019 que el desgaste profesional o burnout se incluye en la 11a Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como fenómeno ocupacional. Es entonces que la imposibilidad matemática favorita de dar el 110% toma un nuevo significado en tiempos de pandemia  

 

Un año de tragedias y traumas a causa de la pandemia

A poco más de un año desde que se declaró la pandemia, algunos de los cambios más radicales que ha tenido el virus en nuestras vidas comienzan a echar raíces en forma de hábitos y nuevas costumbres. Otros muchos otros se han convertido en obstáculos para poder disfrutar tiempo de calidad, aún para quienes llevamos una vida de trabajo considerado no esencial -hablando en términos pandémicos- y que aparentemente gozamos de más tiempo al estar confinados en nuestros hogares. 

Estudios han demostrado que las tasas de ansiedad y depresión en la población han aumentado durante el curso de la pandemia. Algunas de las causas más obvias son la reducción del tiempo para concentración, interrupción del trabajo, cambios en las rutinas y ciclos del sueño; que también están íntimamente ligados con la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado que se interseccionan con una pobre distribución de las labores al interior de los hogares. 

Cuando estamos ansiosos, nuestro corazón se acelera y nuestros músculos se tensan mientras nos preparamos para luchar contra un depredador o huir de él. Pero solo se puede correr una carrera de 100 yardas durante un corto período de tiempo.”

– Jessica Gold, psiquiatra de la Universidad de Washington

La doctora Jessica Gold, psiquiatra de la Universidad de Washington en St. Louis considera que la mayoría de la gente ha tenido algún grado de ansiedad, depresión o trauma. 

 

La sociedad “quemada”

burnout sociedad quemada

Impulsados por la exigencia de perseverar y no fallar, así como por la ambición de la eficiencia, nos convertimos en comprometidos y sacrificadores al mismo tiempo y entramos en un torbellino de demarcación, autoexplotación y colapso.”

–Byung-Chul Han, The Burnout Society.

La percepción de Byung-Chul Han es que hoy, todo el mundo es un trabajador auto explotador en su propia empresa. Las personas ahora son amos y esclavos en uno, replicando la lucha de clases, que también se han instaurado como una lucha interior contra uno mismo. 

Pero no nos engañemos, existe una brecha que separa al gerente que es dueño o dirige una empresa, de un trabajador precario que con muchísima fortuna, pasa los días en casa con su computadora personal: definitivamente no son amos y esclavos en el mismo sentido.