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IMPACTO-COVID-SOSTENIBILIDAD

El impacto del COVID-19 en la sostenibilidad

Texto por Rodrigo Herrera

Por mucho tiempo, el análisis de los resultados económicos no han podido medir -en término financieros- la salud de las sociedades. Medir el progreso en el desarrollo sostenible ha requerido considerar el impacto humano y del medio ambiente, calcular cuánto afectará la pandemia por coronavirus aquellos problemas que la agenda de sostenibilidad contempla debe comenzar con lo principal: las personas. 

¿Por dónde comenzamos a medir el impacto del COVID-19 en la vida humana?

impacto del covid en las personas sostenibilidad

Un costo humano incalculable. Como reporta cualquier periódico hoy, más de 122 millones de persona han contraído COVID-19 en el mundo, y al 21 de marzo de 2021, al menos 2,703,000 personas han muerto

Adicional al costo humano, se suman las consecuencias enormes que tendrá la pandemia en la economía mundial. Millones de personas se han quedado hoy sin empleo, y quienes trabajan en el sector informal están envueltos en la incertidumbre. Se habla de un retroceso de más de una década (CEPAL). Los mercados y las economías están aprendiendo -a la mala- lo frágiles que son, mientras que el coronavirus hace más evidente las desigualdades sociales, situaciones como la precariedad laboral y las brechas de género, como la brecha salarial, así como la segregación ocupacional de los informales y los considerados de “baja producción”. 

Hoy es difícil saber qué pasará con aquellos problemas sociales y ambientales con los que nos enfrentábamos antes de la pandemia, pero existe una hoja de ruta con indicadores que se puede encontrar en la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la que no sólo los gobiernos, sino el sector privado y la sociedad en general también comparten la tarea, así como el mismo destino del planeta: en el contexto de crisis, hoy comprobamos más que nunca la estrecha relación entre biodiversidad y salud humana.

Medio ambiente: ¿Cuáles son las prioridades en el desarrollo sostenible y la sustentabilidad?

El problema puede que sea abrumador, las explicaciones científicas no lo hacen más fácil, pero las predicciones sobre lo que podría pasar si no cambiamos la forma en la que la actividad humana impacta en el medio ambiente son las mismas: nada buenas. En resumen: la Tierra se está calentando, los humanos son la causa y si no hacemos algo para cambiarlo pasaremos el punto sin retorno.

Es increíble que antes de 2015 no existieran los Objetivos de Desarrollo Sostenible o el Acuerdo de París. La agenda ambiental, cuyo cronograma sólo tendría que acelerarse, incluye los temas más críticos para la mitigación de los efectos del cambio climático, la desigualdad económica y social y la biodiversidad, y aunque mucho se basa en voluntad política y empresarial, su socialización en el sector privado ha sido suficiente para que una generación transforme para siempre la forma en la que se hacen negocios y las estructuras sociales. Reconocer la íntima relación entre biodiversidad y salud humana, promover una transformación en los hábitos de consumo y las cadenas de producción hacia un modelo más sostenible es tarea de la sociedad en su conjunto.

Sustentabilidad COVID-19

Cuando hablo de una generación no me refiero a un rango de edad, o un año específico en el que hayan nacido, sino la forma de pensar que ha evolucionado la forma de hacer negocios durante las últimas décadas. Pasar de centrar los objetivos comerciales en las utilidades, a repensar el propósito de la empresa. En América Latina, la inestabilidad económica y política ha puesto una carga extra en la confianza en las instituciones. 

En todo el mundo, las personas están volteando a ver a las empresas, esperando que se responsabilicen por el impacto ambiental que provocan su actividad, y en cómo aportan a problemas no financieros como el cambio climático y los derechos humanos.  

“Lo primero es que creo que la pandemia hace que sea cada vez más difícil aferrarse a la idea de que el mundo de los negocios es meramente comercial, que solo debemos preocuparnos por la salud del libre mercado y que alguien más se encargará de todo más”

– Rebecca Henderson, economista británica autora de Reimagining Capitalism in a World on Fire

Parque de la CDMX en FASE 3

Lo mismo pasa con la pérdida de la confianza en las instituciones, hay cierto nivel de capacidad -y responsabilidad- para responder a los problemas que atentan el bienestar de la sociedad, y no estamos acostumbrados a ver algunos de los problemas como públicos. Por ejemplo, el acceso al agua es un derecho humano, sin embargo hay comunidades urbanas y suburbanas que no cuentan con infraestructura de sanidad o acceso regular a agua, esto mientras que en la megalópolis de la Ciudad de México se desperdicia alrededor del 40% del agua. Hay comunidades y zonas en la ciudad que seguido presentan cortes y otras más donde aún en tiempos de COVID-19 no cuentan agua y con las medidas de saneamiento (las comunidades indígenas son las más afectadas).

Pensar en la salud del medio ambiente requiere incluirnos dentro del sistema sin jerarquías, y prestando atención al impacto diferenciado de la pandemia; ¿cómo afecta esto a las personas que viven en comunidades rurales? ¿A las personas indígenas? ¿A quienes viven con una discapacidad? ¿A madres solteras? ¿A personas LGBTQI+? ¿A quienes exponen su vida por defender el medio ambiente antes de que todo esto comenzara?

Economía: el verdadero fin del business as usual será porque necesitamos empresas sostenibles hoy más que nunca

El fin de los negocios como los conocemos va más allá de no poder vernos la cara en la oficina hasta diciembre. Algo en lo que podemos coincidir es en que el teletrabajo forzado no es teletrabajo. Para poder lograr un trabajo remoto efectivo se debe tomar en cuenta las necesidades particulares y el equipo adecuado para poderlo realizar. Ni las empresas ni las familias estaban preparadas para el trabajo remoto. La mayoría de las empresas que sostienen la economía en México son las pequeñas y medianas empresas, que a diferencia de las transnacionales, no cuentan con ningún tipo de preparación para absorber sus costos por los meses que tardarán en producir utilidades.

Negocios-cerrados-en-CDMX-por-COVID

En medio de la pandemia, hay quienes han encontrado una oportunidad para adaptarse o emprender. Existen decenas de ejemplos en los que en el mundo de los negocios se han adaptado a través de modelos de colaboración durante estos tiempos, y cada vez más compañías ven la interpelación entre el bienestar de las personas y el planeta

La inversión ambiental y social estaba creciendo en popularidad antes de que el virus comenzara a circular, los inversores acudieron a las empresas que tomaron medidas, por ejemplo en la acción climática y el respeto de los de derechos humanos en las cadenas de suministro, pero la verdadera pregunta está en cómo van a ligar estas actividades y sus planes de recuperación con la sustentabilidad a largo plazo, porque si una empresa quiere ser sostenible en la era post-pandemia, debe reconocer la importancia de las personas, y lo limitado de los recursos para crear economías más justas y sostenibles. Y como 8 de cada 10 empleos están en el sector privado (OCED), las empresas serán juzgadas por cómo tratan a sus trabajadores y clientes, pero también sus comunidades y el medio ambiente en su totalidad. Y se lo demandaremos.

Cómo ayudar: comencemos en casa

En México 2.3 millones de personas, en su gran mayoría mujeres, se dedican al trabajo doméstico, y el contexto de COVID-19 amenaza la integridad de estas personas y quienes dependen de ellas. ¿Cuánto tiempo pasará para que estas personas puedan regresar a a sus trabajos? Mientras esperamos a tener más claridad, debemos solidarizarnos con estas familias, no exponerlas al virus al obligar que continúen trabajando, he ahí la importancia de las campañas de comunicación de las instituciones y voceras como Yalitza Aparicio. Estamos hablando de 2.3 millones de familias que están de contraer el virus y en riesgo de hundirse en la pobreza, y es enteramente nuestra responsabilidad. 

Lo que escuchamos en las noticias y en todo el ruido de las redes sociales a veces nos puede hacer creer que debemos elegir entre salud y economía, por ejemplo cuando la opinión se polariza o divide por la cifras de infectados y defunciones, datos oficiales, opiniones personales o estrategias de alivios o paquetes económicos. Esta crisis económica es diferente a las que hemos experimentado anteriormente porque, mientras algunos se encuentran en casa aislados físicamente sin poder gastar en productos y servicios,  la mayoría de las personas nunca tuvo la opción de quedarse en casa. 

Estas dos dimensiones convergen además en nuevas economías, creadas para nuestra comodidad. Si premiamos con nuestra lealtad y consumo a las start ups que nos entregaron calientito y en la boca una hamburguesa del restaurante de la esquina en menos de una hora, o una bolsa de hielo a las 2am, no debemos olvidarnos de todas las personas que hacen esto posible aún en el contexto de la crisis sanitaria, no sólo descartarlos. ¿Que qué tan ético es seguir pidiendo comida por EATS? Eso lo decide cada quién, pero desde el día uno, los automacs han estado llenos. Dos filas: autos y repartidores.

Repartidores McDonalds-CDMX-Covid-19